Un quiste de ovario es una bolsa llena de líquido que se forma en uno o ambos ovarios. Los ovarios son las glándulas reproductivas femeninas que producen óvulos y hormonas. Los quistes de ovario son comunes y, en la mayoría de los casos, no son cancerosos.
Hay dos tipos principales de quistes de ovario:
Los síntomas de un quiste de ovario pueden incluir:
* Dolor pélvico
* Dolor durante las relaciones sexuales
* Sensación de presión en el abdomen
* Náuseas
* Vómitos
* Aumento de peso
El diagnóstico de un quiste de ovario se realiza mediante una exploración física, una ecografía transvaginal y, en algunos casos, una tomografía computarizada o una resonancia magnética.
La mayoría de los quistes de ovario no requieren tratamiento. Los quistes funcionales suelen desaparecer por sí solos en unos pocos meses. Los quistes no funcionales pueden requerir tratamiento si son grandes, causan dolor o se sospecha que son cancerosos.
Las complicaciones de un quiste de ovario son poco comunes, pero pueden incluir:
* Torsión ovárica: Esto ocurre cuando el quiste se gira y corta el suministro de sangre al ovario. La torsión ovárica es una emergencia médica que requiere cirugía.
* Ruptura de un quiste: Esto puede causar dolor intenso y sangrado interno. La ruptura de un quiste suele requerir cirugía.
* Cáncer de ovario: Los quistes de ovario son más comunes en mujeres mayores de 50 años. El riesgo de cáncer de ovario es mayor en mujeres con antecedentes familiares de cáncer de ovario o de mama.
No hay una forma definitiva de prevenir los quistes de ovario. Sin embargo, hay algunas cosas que las mujeres pueden hacer para reducir su riesgo, como:
* Llevar una dieta saludable y equilibrada.
* Hacer ejercicio regularmente.
* Mantener un peso saludable.
* Evitar el consumo de tabaco y alcohol.
* Controlar el peso durante el embarazo.
Los quistes de ovario son comunes y, en la mayoría de los casos, no son cancerosos. Sin embargo, es importante consultar con un médico si tiene síntomas de un quiste de ovario.
