En contabilidad, un activo es un recurso económico que posee una empresa y que tiene el potencial de generar beneficios económicos en el futuro. Los activos se clasifican en dos categorías principales: activos corrientes y activos no corrientes.
Los activos corrientes son aquellos que se espera convertir en efectivo o liquidarse en un año o un ciclo operativo normal, el que sea más largo. Algunos ejemplos de activos corrientes son:
* Efectivo
* Cuentas por cobrar
* Inventarios
* Gastos pagados por anticipado
Los activos no corrientes son aquellos que no se espera convertir en efectivo o liquidarse en un año o un ciclo operativo normal, el que sea más largo. Algunos ejemplos de activos no corrientes son:
* Propiedad, planta y equipo
* Inversiones a largo plazo
* Activos intangibles
Para que un recurso económico se considere un activo, debe cumplir con las siguientes cualidades:
Los activos son importantes para las empresas porque representan los recursos económicos que tienen a su disposición para generar ingresos. Una empresa con un fuerte balance general, que muestre una cantidad significativa de activos, es una empresa que tiene una buena capacidad para generar ingresos y cumplir con sus obligaciones financieras.
Los activos son un componente fundamental de la contabilidad. Comprender las cualidades de un activo y las diferentes categorías de activos es importante para poder preparar estados financieros precisos y tomar decisiones financieras informadas.